En los procedimientos judiciales penales, contar con un procurador penal puede marcar una gran diferencia. Aunque muchas personas asocian los procuradores con asuntos civiles, su intervención en procesos penales también es importante, especialmente en determinados casos donde su presencia es obligatoria por ley.
En este artículo te explicamos cuándo es necesario un procurador en penal, qué funciones cumple y cuánto cobra un procurador por un juicio penal, para que tengas toda la información si estás atravesando un procedimiento judicial de este tipo.
El procurador en proceso penal es el profesional encargado de representar al ciudadano ante el juzgado. No sustituye al abogado, sino que se encarga de notificaciones, gestiones procesales y de asegurar que todo el procedimiento siga los plazos legales. Actúa como intermediario entre el juzgado y el abogado, facilitando la tramitación del caso.
En definitiva, su papel es clave para que el proceso judicial fluya correctamente y se eviten retrasos innecesarios.
La necesidad de un procurador penal depende del tipo de juicio. En los juicios más graves, como los procedimientos ante la Audiencia Provincial o en causas con jurado, su presencia suele ser obligatoria.
También es necesario cuando se trata de procedimientos penales ordinarios, especialmente si hay penas superiores a los dos años de prisión o si se está ejerciendo una acusación particular. En cambio, en juicios rápidos o faltas leves, su intervención no siempre es obligatoria, aunque puede ser recomendable si el caso es complejo.
Una de las preguntas más habituales es cuánto cobra un procurador por un juicio penal. La respuesta varía según la complejidad del procedimiento y el juzgado en el que se tramite.
El precio puede aumentar si se trata de procesos largos, con muchos escritos o si hay varios recursos implicados. Es importante recordar que los honorarios del procurador están regulados por aranceles, pero pueden pactarse de forma libre en algunos casos.
No siempre. Como hemos comentado antes, no es necesario procurador en penal para juicios leves o procedimientos sencillos. Sin embargo, incluso cuando no es obligatorio, muchas personas deciden contar con uno para garantizar que todo se gestione con rapidez y eficacia.
Además, en procedimientos donde hay más de una parte implicada o se manejan plazos procesales ajustados, un procurador puede evitar errores que compliquen la defensa o prolonguen el caso innecesariamente.
Contratar a un procurador en proceso penal te aporta tranquilidad. No solo te aseguras de cumplir con los requisitos legales, sino que además tendrás a un profesional que se encargue de estar pendiente de cada paso del proceso, enviando notificaciones a tiempo y colaborando con tu abogado.
En resumen, se trata de una figura clave que puede ahorrarte problemas y facilitarte el camino dentro del sistema judicial.