Como quizá algunos ya sepan, una de las funciones de un Procurador consiste en realizar trámites ante el Juez. Efectivamente, es tarea del Procurador conocer el estado del procedimiento. También actúa como intermediario, conectando al abogado, su cliente, y al propio Juez encargado del proceso.
Las Sentencias son, por lo general, el tipo de resolución más conocido. Mediante ellas se pone fin al procedimiento, es decir, este se termina. Las Sentencias deben tener una fundamentación basada en Derecho (deben estar motivadas, como se dice en el argot jurídico).
El esquema típico de una Sentencia puede explicarse de la siguiente forma:
Un Auto es una resolución distinta. Aunque es una decisión del Juez, no tiene la suficiente consideración como para calificarla de Sentencia. La Ley establece que los Autos se utilizan en los siguientes casos:
Los Autos son fundamentales para decisiones procesales importantes, pero no definitivas.
Las Providencias son los tipos de resoluciones más sencillos de los tres que acabamos de citar. A diferencia de las anteriores, estas no necesitan tener una fundamentación jurídica. Se tratan de meros trámites, accesorios a otros momentos del procedimiento.
El Juez puede utilizarlas para indicar u ordenar lo que estime conveniente, agilizando así el desarrollo del proceso judicial.
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